Poco después de que una persona muere, la Biblia muestra el caso del mendigo Lázaro (Libro de Lucas, capítulo 16) que si una persona es salva, los ángeles se lleven su alma a Dios, si no es salva, se llevará por los demonios al infierno. A menudo, los registros de personas después de la muerte se ven cerca de su propio cadáver. (Pensamiento del Escribano: Valdemir Mota Menezes)
Nenhum comentário:
Postar um comentário